Las acciones de C3.ai, la empresa especializada en el desarrollo de aplicaciones empresariales de inteligencia artificial, se han desplomado, hasta el punto de que han sufrido su caída más fuerte desde que salieron a bolsa en 2020.
Según Investing, las acciones han pasado de los 33,87 dólares del pasado lunes –3 de abril–, a los 21,65 del momento actual, miércoles –5 de abril–. Es decir, una caída del 36,08%. Y subiendo. Mejor dicho: y bajando.
¿Qué pasó entre las dos fechas?, ¿a qué se debe la debacle de las acciones de esta empresa? A una carta enviada por el vendedor en corto Kerrisdale Capital en la que acusa a la empresa de tener “problemas serios de contabilidad y divulgación”.
Inflar los márgenes y datos financieros opacos
Tal y como se apunta en la propia web de Kerrisdale, la misiva se dirigió al auditor de C3.ai, Deloitte & Touche LLP. En ella, le piden que tenga en cuenta sus acusaciones a la hora de realizar su próxima auditoría. Ésta tendrá lugar coincidiendo con el fin del año fiscal de la compañía de inteligencia artificial, es decir, el próximo 30 de abril.
Entre los aspectos más sospechosos del rendimiento de C3.ai, que el vendedor a corto destaca en la carta, están los siguientes:
- El gran crecimiento de las cuentas por cobrar no facturadas, llegando a niveles que nunca antes se habían visto en empresas de software.
- Divulgaciones y datos financieros opacos, confusos y muy preocupantes sobre la relación de la empresa con uno de sus clientes más importantes, Baker Hughes.
- Esfuerzos para inflar los márgenes de beneficios brutos al reclasificar los costos de los ingresos como gastos de investigación y desarrollo.
- Clasificación de ingresos significativos como ingresos por suscripción, que, en realidad, son ingresos orientados a servicios o consultoría.
- Rotación significativa de los directores financieros y el nombramiento de directores financieros cada vez menos calificados.
Desde Kerrisdale manifiestan su deseo de que salgan a la luz “varias metodologías contables altamente engañosas, que creemos que la empresa utiliza para inflar los ingresos y ciertas métricas de ganancias, y para ocultar el deterioro de su negocio subyacente”.
Un buen año para las acciones de C3.ai
La carta de Kerrisdale acusando a C3.ai de mala praxis ha cortado de raíz el excelente rendimiento que las acciones de la misma estaban teniendo desde que comenzó 2023.
Abrieron el año en 11,07 dólares, y, con mínimas bajadas, llegaron a un máximo de 34,68 dólares un día antes de que se hicieran públicas las acusaciones del vendedor en corto. Después vino la debacle, que amenaza con continuar afectando a estas acciones de la empresa de IA.
Ese mismo día, la web oficial de la compañía de software de aplicaciones de inteligencia artificial empresarial, anunció la reubicación de su sede en Europa, Medio Oriente y África (EMEA) de París (Francia) a Londres (Reino Unido).
El movimiento, explicó el CEO, Thomas M. Siebel, demuestra su creencia de que “el Reino Unido está a la vanguardia de la innovación tecnológica”.