Son momentos extremadamente convulsos desde el punto de vista económico y geopolítico. Los mercados tiritan ateridos por una excepcional incertidumbre y el precio de las criptomonedas no pueden soslayar la situación. Algunos lo llaman ‘criptoinvierno’, y está afectando sobremanera a las dos principales divisas digitales por capitalización de mercado: bitcoin y ethereum.
El pasado 10 de noviembre de 2021, bitcoin alcanzó un máximo, según CoinMarketCap, de 59.496,15 euros. En el momento de escribir este artículo, su valor se sitúa en los 29.343,82 euros, es decir, ha perdido un 50,7% en medio año.
Si se reduce el espacio temporal a parangonar, la caída también es notable. El pasado 29 de marzo, por ejemplo, el precio de bitcoin era de 48.086,84 euros. Por tanto, en menos de dos meses ha caído un 39%.
El caso de ethereum es similar: alcanzó su punto más alto el 16 de noviembre de 2021 con 4.300,86 euros. Ahora está en 2.023,84. Ergo, un decremento del 53% en 6 meses.
Imitando la comparación anterior: ETH marcó el pasado 5 de marzo de 2022 un precio de 3.232,16 euros. Eso implica una caída del 37,4%, en este caso, en algo más de dos meses.
¿Por qué se desploma el precio de las criptomonedas?
Los expertos criptográficos llevan días sacando sus conclusiones acerca de esta debacle de las monedas digitales. Con ligeras variaciones, pero, en general, coinciden en 4 motivos por los que está cayendo el precio de las criptomonedas.
- Las criptodivisas son un activo de altísima volatilidad y en momentos de incertidumbre las personas huyen de este tipo de valores (sucede lo mismo con los tecnológicos) y se pone a buen recaudo en los activos refugio.
- El alza en las tasas de interés decretada por la Reserva Federal de los Estados Unidos para hacer frente a la inflación disparada.
- El efecto contagio de bitcoin: cuando la criptomoneda más importante mira hacia abajo, el resto suelen acabar emulando la tendencia bajista.
- Con la adopción cada vez más generalizada de las criptomonedas y su legitimización, es normal que cada vez se comporten más como los activos tradicionales.
El desplome total de LUNA
Si de un caso particular se está hablando, ese es el de LUNA. Esta criptomoneda de Terra ha perdido prácticamente todo su valor.
El 13 de mayo de 2022, desde la cuenta de Twitter de Terra anunciaban que su cadena de bloques se había detenido oficialmente en el bloque 7.607.789. Aunque horas después anunciaba la reanudación de la actividad.
Para conocer un poco más el proyecto de Terra es muy interesante este hilo de Fernando Gutiérrez. De manera somera, este experto explica que hay dos criptomonedas al amparo de Terra:
- UST: una stablecoin algorítmica denominada en dólares. Esto significa que no está respaldada por dólares en el emisor, como sí están otras como USDC y USDT. Es decir, se sostiene sobre una promesa de equivalencia, denominada peg.
- LUNA: un token no estable cuya utilidad principal es que sirve para estabilizar el peg de UST.
Lo que ha sucedido estos días, anota, es que se ha roto el peg, es decir, se ha producido un depeg.
Maldita tuiteca
Puede que Do Kwon, fundador de Terra, deseé que Elon Musk acabe comprando Twitter y permita modificar tuits.
Hace solo unos días, ironizaba sobre la posibilidad de sufrir un depegging.
No es el único tuit del que se debe estar arrepintiendo: en noviembre de 2021 respondió que el silencio es la mejor opción cuando alguien dice algo estúpido.
La ‘estupidez’ en cuestión la había pronunciado Freddie Raynolds y criticaba la seguridad de los protocolos de Terra, asegurando que cualquier persona con el capital suficiente podría abrir una posición en corto y atacar el proyecto.